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Steve is Board Chair of the Winds of Peace Foundation

Conocí a unas mujeres

Pasé la semana pasada en Nicaragua, visitando a contrapartes, y participando en un taller con cooperativas. Es un proceso que ya conozco bién después de una docena de años, pero nunca es el mismo. Cada cooperativa, cada socio o socia, tiene una historia que contar, y cada una es diferente de las otras. Unas historias son tristes. Otras son inspiradores. Otras son absolutamente dinámicas por el poder puro de su mensaje. Tal es el caso de COMUSAN, la cooperativa del banco comunal de mujeres en la comarca remota de Santa Ana.

Bienvenida a FVP

El camino a Santa Ana y a nuestra reunión es lento y difícil, aun para un vehículo con doble tracción; la trocha es un poco más ancha que un sendero. Las panoramas le quitan el aliento a uno, contrastándose las montañas con los valles. En una meseta está una prescolar chiquita, donde las mujeres de COMUSAN esperan nuestra llegada.

Prescolar

Han venido de todas partes de la zona para asistir a esta reunión de exposición, orgullo, y gratitud. La cooperativa ha sido guido en su existencia por la paciencia y determinación de las mujeres, y las socias de ANIDES, la Asoc. Nicaragüense de Desarrollo Sustenible. Dos socias de ANIDES están presentes, pero el momento pertenece a las mujeres.

Lo que es notable sobre esta reunión no es solamente que las mujeres se han juntado para un propósito común (el banco comunal), sino que lo han hecho a pesar de las dificultades enormes, y han tenido un éxito llamativo. Muchas de las socias migraron a esta zona de otras partes del país, desarraigadas o por conflictos anteriores, los estragos de la naturaleza o la falta de oportunidades económicas. Sus edades cubren generaciones. Ninguna tiene antecedentes con los bancos, ni como prestatarias. La mayoría tienen poca educación formal, muchas no han estudiado más allá de la primaria. Los hombres en su vida tienen que entender que la participación en la cooperativa pertenece a las socias, a veces una lección difícil. Y aun así las finanzas del banco comunal incipiente son positivas y creciéndose, mientras las socias toman pasos pequeños y certeros para asegurar el fortalecimiento de su banco – y la cooperativa que ahora lo envuelve – para el futuro.

   

          Finanzas positivas

Es comprensible que las mujeres son timidas en cuanto a hablar en la reunión; no reciben muchas visitantes acá, y a lo mejor son demasiado modestas sobre lo que han logrado, y como se sienten sobre eso. Pedir apoyo es una experiencia de humildad por si solo. Pero la presencia de las 27 mujeres, muchas de las cuales caminaron una distancia larga para asistir a la reunión, es un testamento a su orgullo y determinación de hacer que esta entidad sea exitosa, para ellas y para sus familias.

Hay un sentido de determinación aquí, que las mujeres de COMUSAN van a asegurar que funcione esta iniciativa, a pesar de los obstáculos que enfrenten. Son prudentes. Buscan entender los procesos de su cooperativa. Las socias de la cooperativa y ANIDES van a asistir al taller de cooperativas que se va a dar más tarde esa semana. Un visitante puede sentir tanto la inexperiencia, como la intensidad de un esfuerzo colaborativo para tlograr el éxito. De hecho, un “sueño” expresado durante la visita es que la cooperativa no solamente tenga éxito, pero que sea conocida internacionalmente.

¿Son visiones ambiciosas para una cooperativa rural de mujeres? A lo mejor. Pero pues todas las grandes historias de éxitos empiezan con un sueño improbable…

Las mujeres de COMUSAN

 

 

 

Contra corriente

Contra corriente

Los salmón son unos de los mejores profesores nuestros. Observamos los salmón jovenes viajando al mar, y los observamos regresando a casa. Observamos los muchos obstáculos que tienen que superar. Los observamos cumplir con el círculo de la vida, justamente como nosotros tenemos que hacer. Y si los salmón no están aquí, se rompe el círculo y todos nosotros sufrimos.

– Leroy Seth, El Tribu de Nez Perce

Para muchas criaturas de esta tierra es una verdad que el progreso y el éxito tienen que ser forjado de cara de muchas corrientes. Como los salmón del Pacífico noroeste, y los pueblos indígenas que dependían de ellos, sus historias definen la idea misma de luchar contra la marea. Y como sus primos lejanos norteamericanos, los y las nicaragüense rurales se han encontrado luchando contra corrientes suyacentes, tanto de dentro como de fuera del país, por generaciones. Como los salmón, los y las nicaragüenses experimentan el nadar río arriba como un modo de vida. Pero al contrario a los salmón, los y las nicaragüenses claramente ven las posibilidades de navegar de una forma diferente.

Entonces, cuando al final del año pasado se creó el plan de que la Fundación Vientos de Paz patrocinara un diplomado en cooperativismo en Nicaragua, avalamos la idea de buena gana. La idea de desarrollar un plan de estudio integral, de buenas prácticas para productores rurales, suscitó un entusiasmo inmediato porque – a lo mejor por la primera vez – se le ofrecía a una población campesina cooperativista un menú de temas digno de cualquier empresa progresista norteamericana. Además, este programa ocuparía una semana entera de la vida de los y las participantes, un bloque del tiempo que por su definición indicó un compromiso serio de aprender. Ese deseo, junto con la realidad logística de alojamiento del estilo-dormitorio, sugerió que los y las asistentes sentían la urgencia y la importancia de convertir una oferta como ésta en un evento trascendental.

No menos importante es que los constructores del programa son líderes comprobados por su conocimiento, tanto de los materiales, como de los y las participantes.

Rene Mendoza
Rene Mendoza

Dr. René Mendoza es un investigador, profesor y escritor con una larga historia en Nicaragua, co-fundador y ex-Director del Instituto de Investigación y Desarrollo NITLAPAN de la UCA (Universidad Centroamericana). En los últimos años ha visitado y escuchado montones de cooperativas rurales, al explorar su viabilidad y sostenabilidad, de cara al cambio económico nacional y mundial. Sigue presentando mucho de los resultados de su investigación en la forma de artículos subidos en este sitio web.

Edgar Fernandez (with Abemelet Rodriguez)
Edgar Fernandez (with Abemelet Rodriguez)

Edgar Fernández es un practicante del desarrollo rural con amplia experiencia, un colaborador frecuente con Mendoza, y también uno de los co-fundadores de Nitlapan-UCA. Un analista excepcional de las fortalezas y debilidades organizacionales, facilmente Fernández se vincula con, y inspira la confianza de, los y las productores nicaragüenses.

Ligia Guitierrez (At right)
Ligia Guitierrez (At right)

Ligia Gutiérrez es una sicóloga y una agitadora ayudando a las poblaciones rurales- sobre todo comunidades indígenas –a reconocer su patrimonio cultural y poderes de influencia y auto-determinación. De cara a la creciente disparidad económica, y la marginación de grandes sectores de la población, sus lecciones de integridad personal y auto-estima resuenan con los que temen perder la esperanza.

Pero la buena disposición de los y las participantes, y la pericia del facilitador, solamente son partes de una ecuación de aprendizaje exitoso. El otro ingrediente esencial es contenido que es, tanto digno de interés, como útil en su aplicación. Aquí la mágica de la inversión de una semana se hizo evidente desde las primeras versiones de su agenda.

Los módulos de las actividades de la semana se podrían haber copiado de un folleto de formación avanzada de liderazgo: Día 1 – Un contexto importante del estado actual de las cooperativas; Día 2 – innovaciones organizacionales (incluyendo la gerencia de libros abiertos y el proceso de mejoramiento “Lean”) de una empresa norteamericana donde los dueños son los mismos empleados; Día 3 – El género y la pérdida de relaciones y recursos; Día 4 – Los impactos del cambio climático, actuales y futuros; Día 5 – Espiritualidad en el trabajo; Día 6 – La salud personal y organizacional. (A lo mejor voy a decir más sobre cualquier o cada uno de esos temas en ensayos futuros, pero por ahora es suficiente reconocer el alcance del programa).

En medio de los IMG_2535diálogos del plenario, llenos de contenido, discusiones en pequeños grupos y la creación de planes de acciones, los días brindaron oportunidades importantes para relajarse del trabajo difícil de introspección y auto-análisis. Se cantaron canciones, había interpretaciones de baile y música por los y las participantes y visitantes, y una caminata impresionante a la alta cumbre de Peñas Blancas. Nos tiramos una pelota para presentarnos el uno al otro, tiramos bolitas de papel a los oradores y a una a la otra para mantenernos positivos de cara a los retos enormes, y

Uriselda Lopez (kept us laughing!!)
Uriselda Lopez (¡nos mantenïa en risas!)

nos reíamos sin fin a la capacidad extraña de una de las participantes de imitar exactamente el sonido de un infante llorando. De hecho, todos los aspectos intelectuales, sociales, emocionales, espirituales, laborales y físicos de nuestro bienestar personal y colectivo estaban en juego completamente durante la semana entera. Fue un evento educativo excepcional.

Al abarcar todos los componentes de la situación de las cooperativas nicaragüenses, este programa y sus presentadores lograron identificar y contextualizar la realidad y las perspectivas nicaragüenses de una manera única e importante. Tal vez por la primera vez los socios y las socias lograron contemplar sus organizaciones, su responsabilidades mutuas uno con el otro, los elementos económicos que de veras están fuera de su control, y los que están dentro de su influencia, la naturaleza de trabajo transparente y colaborativo, y la investigación que subraya todo esto. Las lecciones fueron difíciles. Las verdades fueron incómodas. Sin duda las corrientes provocaron que algunos pensaran en darse vuelta y nadar lejos. Pero la vista integral de sus vidas cooperativas, y un empuje intrínseco de superar obstáculos como “siempre lo hemos hecho así”, o “nunca vamos a poder entender”, permitieron que sucedieran transformaciones durante la semana.

El tiempo revelará cuales de los y las posibles innovadores tendrán éxito en luchar contra la corriente del estatus quo, y en cuales maneras. Tal vez como los salmón, hay voluntad innato y suficiente para completar el viaje que es la vocación de sus vidas, de satisfacer las necesidades más básicas de trabajo y sustento y dignidad. En un sentido muy real, sin esa posibilidad se rompe el círculo de sus vidas, y todos nosotros sufrimos….

The "Others"
“Los Otros y las Otras”

Un Reconocimiento inusual

Por Steve Sheppard, el 22 de marzo de 2013

El trabajo de sobrevivencia entre las pequeñas cooperativas rurales en Nicaragua no es fácil. Cualquier éxito más allá de la subsistencia exige  una mezcla inusual de recursos, asistencia técnica, un clima favorable, suficiente mano de obra, y el conocimiento de la tierra, la agricultura, el fortalecimiento institucional, mercadeo, logística, reinversión, planificación estratégica y desarrollo comunitario. En resumen, un productor tiene que cultivar no solamente un rubro, sino su propia capacidad de ver las cosas de una manera integral. Dentro del país considerado el segundo más pobre del Hemisferio Occidental, este reto es aún más abrumador, y el reconocimiento por cualquier éxito que se pueda encontrar en el camino es tan infrecuente como inexistente.

Entonces cuando una de estas cooperativas de base recibe la atención de la primera página en la sección de negocios de uno de los principales periódicos del país, es una noticia grande para la gente que labora tan anónimamente por lo poco de reciben. Esto es precisamente lo que pasó con la gente de la Cooperativa José Alfredo Zeledón (JAZ) de San Juan del Río Coco, una zona del centro norte de Nicaragua. Por muchos años JAZ ha sido un socio de Vientos de Paz, y constantemente ha demostrado su compromiso con una visión integral de la cooperativa y sus impactos. Y mientras hemos tenido nuestros propios sentimientos buenos de la organización por muchos años, es agradable escuchar a otras personas reconocer el desarrollo positivo de este grupo muy de la base.

Esto es lo que el artículo dijo, junto con algunas fotos tomadas de nuestras propias visitas al territorio de JAZ:

 

                                         Cooperativismo eficiente

Los 170 socios cafetaleros de la cooperativa José Alfredo Zeledón, de San Juan de Río Coco, son reconocidos por su capacidad de organización, gestión y productividad

William Aragón Rodríguez

Los surcos de los palos con ramas cundidas de centenares de frutos rojos o verdes y que en su interior guardan los codiciados granos de café en las fincas montañosas cubiertas de neblinas son, en cada año de cosecha, un orgullo para los pequeños socios de la cooperativa cafetalera José Alfredo Zeledón, del municipio de San Juan de Río Coco, zona ubicada al este del departamento de Madriz.

Esto porque la productividad de sus plantíos representa una alternativa de ingresos económicos en sus hogares y de oportunidad de trabajo en los cortes de café para el resto de sus familias y foráneos.

 

Esta cooperativa multifuncional, que para organismos de créditos financieros es un ejemplo de organización que les ha permitido a sus socios el acceso a préstamos económicos, se fundó en 1995 con apenas 35 miembros que lograban producir unos 300 sacos de café. Ahora son 170 pequeños cafetaleros que producen más de 10,000 quintales del grano rojo de buena calidad.

Los socios diseminados en la mayoría de las comunidades que integran el municipio de San Juan de Río Coco, zona considerada la más cafetalera de la región de Las Segovias, cuentan con un fondo económico propio disponible para ser utilizado en el apoyo a los planes de desarrollo de las fincas de cada uno de los productores.

Así lo señala el ingeniero Raúl González, quien trabaja con la cooperativa y que asegura que la asesoría técnica en el campo ha contribuido con el mantenimiento y cuido continuo de los cafetales, la renovación y plantación de nuevos surcos que ha ayudado a los socios a producir y comercializar café de excelente calidad.

AFECTADOS POR LA ROYA, PERO DIERON RESPUESTA

Edmundo López Muñoz, fundador y dirigente de la cooperativa José Alfredo Zeledón, dio a conocer que este ciclo productivo 2012-2013, que fue afectado por las plagas de la roya y antracnosis, permitió que salieran apenas 3,000 quintales de la producción que históricamente había sido de 15,000.

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“La roya y la antracnosis acabaron con unas 550 manzanas de café de las 1,080 cultivadas y las pérdidas superan el 80 por ciento de la producción”, apuntó López Muñoz.

Esto obligó a los socios a buscar alternativas de solución al problema, muchos convencidos de que el Gobierno no ha mostrado interés en ayudar, por lo que se asistieron de expertos en caficultura, principalmente en el tema de la roya y la antracnosis.

“Utilizamos el producto Mo-enzima foliar, que ayuda a resolver la baja asimilación del nitrógeno en la planta y así el café se adapta mejor al estrés hídrico, a altas temperaturas y elevada radiación solar que lo genera el cambio climático”, dijo López, mostrando los resultados de la finca del socio José Pillo Montalván Olivas, de la zona de Matapalo, en San Juan de Río Coco, quien se recupera de la roya.

IMG_31994-150×112.jpg Muchos socios afectados tendrán que renovar plantíos enteros de café o recepar, pero están claros que van a esperar unos cuatro años para ver las primeras cosechas. Mientras, tendrán que sembrar otros productos.

DIVERSIFICADOS

Lo que más destaca de la cooperativa cafetalera José Alfredo Zeledón es la capacidad organizativa de sus socios y de gestión que tienen sus directivos, los que impulsan algunos proyectos como la fabricación de cocinas metálicas a base de cascarilla de café que reduce el consumo de leña, disminuye el daño ambiental y el despale en esta zona.

También producen miel de abeja, siembran una variedad de productos alimenticios y crían una diversidad de animales caseros para su reproducción y comercialización como aves de corral, cerdos, cabras y peces cultivados en represas construidas para la cosecha de agua.

Como otro logro, los mismos asociados cuentan con una miscelánea de productos alimenticios para beneficio de las familias de sus hogares, y reciben créditos, continuas capacitaciones y asesoría técnica para mejorar sus fincas cafetaleras.

Recursos propios

IMG_31894-150×112.jpg Edmundo López, directivo de la cooperativa José Alfredo Zeledón, manifestó que los socios cuentan con un fondo disponible para la mejora de sus fincas cafetaleras.

“Ahora estamos probando un producto que fortifica los cafetales menos afectados y trabajando en la renovación de los plantíos de café más afectados”, indicó.

Lo más importantes es que ahora comercializan directamente sus productos sin intermediarios y capacitan a los hijos de los socios.

Datos de la cooperativa

IMG_31903-150×112.jpg 242 kilómetros de distancia de Managua se ubica la cooperativa cafetalera José Alfredo Zeledón de San Juan de Río Coco.

186,000 quintales de café es lo que produce cada año el municipio de San Juan de Río Coco, en Madriz.

1,080 manzanas de café poseen los 170 socios de la cooperativa que genera unos 15 mil sacos.

7 millones de córdobas es el fondo propio que en la actualidad disponen.

Este artículo puede parecer somero y demasiado práctico por un escrito de reconocimiento. Pero no se equivoquen, el hecho de que la ubicación sea en la primera página enfatiza una importancia, un logro para ser imitado, y el mensaje es claro: HAY modelos en el campo que están funcionando. JAZ aparece como uno mientras logren mantener su enfoque integral y su voluntad de lograr un equilibrio entre sus deseos de corto plazo y sus necesidades de largo plazo. Estamos orgullosos de ellos, de trabajar con ellos, y que otra gente venga a reconocer su trabajo y su ética…

El Foro del Premio Nobel de la Paz

Por Steve Sheppard, el 15 de marzo de 2013

El fin de semana pasada asistí al Foro del Premio Nobel de la Paz. Fue la 25ta edición de la reunión de premiados de Nobel y una mezcla ecléctica de otras personas con intereses activos en la búsqueda de un mundo más justo y pacífico.  El Foro ya ha crecido para lograr la participación de unas 6,000 personas en su sitio en Minneapolis, además de a lo mejor miles más conectadas por la tecnologías de Internet que vincularon más de 20 países por todo el mundo.

El tema de la reunión de este año fue “El Poder de las Ideas: El Pueblo y La Paz”, y no hay duda que las ideas grandes representadas por los conferencistas de los plenarios, sobre todo, tuvieron un gran impacto por todo el mundo. Las y los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar al laureado de 2006, Muhammad Yunus, el padre del microcrédito, el padre de la empresa social, el fundador del Banco Grameen y de más de 50 otras compañías en Bangladesh. La laureada de 2011 Tawakkol Karman recibió el Premio Nobel por su trabajo humanitario en favor de los derechos y la seguridad de las mujeres y los niños y las niñas de Yemen. Malcolm Potts es un obstetra y científico de la reproducción, educado en Cambridge, cuyo último libro es un vistazo interesante sobre el Sexo y La Guerra: Cómo La Biología Explica la Guerra y el Terrorismo y Ofrece el Camino a un Mundo más Seguro. El Dr. Paul Farmer es uno de los pensadores más destacados sobre la salud y los derechos humanos y las consecuencias de la inequidad social.  El Dr. Farmer ha escrito ampliamente sobre el derecho a la salud y lo sagrado de cada vida.  Pensadores poderosos, todos con ideas poderosas. La oportunidad de escuchar a estos activistas y “pioneros” siempre es inspirador, generalmente provoca reflexión, e incluso a veces transforma la vida de uno mismo.

Es fascinante escuchar las historias sobre como una sola acción decisiva de parte de personas, que parecen comunes y corrientes, puede generar tales movimientos transformadores. Debidamente el Foro sirvió, en parte, para celebrar la magnitud de las ideas; tal celebración es completamente merecida frente a la magnitud de los problemas que enfrentamos. Pero al estar sentado en el auditorio durante los tres días, y al absorber la inspiración de estos activistas narradores talentosos, me impresionó mucho algo mucho más pequeño que las grandes ideas atribuidas a ellos. Exactamente lo opuesto.

Si se considera la historia de Muhammad Yunus y el nacimiento del microcrédito, no es necesariamente un relato del Banco Grameen y los miles de millones de dólares que se han prestado a personas empobrecidas por todo el mundo. En lo más profundo es una historia de un profesor universitario que no podía reconciliar su conocimiento de la economía con su identificación con una mujer pobre, pidiendo en las calles de Bangladesh. En un momento de sentimiento, sea de un sentido de culpabilidad o de un sentido práctico, le prestó un monto pequeño, de ser pagado cuando pudiera, cuando se encontraran en la calle. Se encontraron. Ella le pagó. Y el resto, como se dice, se hizo historia.

Paul Farmer se ha convertido en una fuerza médica verdadera en el mundo, trabajando contra la costumbre y la burocracia por el bien de sus pacientes, quienes casi todos viven en los lugares más pobres del mundo. Pero empezó ejerciendo su profesión como médico en el país más pobre del Hemisferio Occidental – Haití – con la idea sencilla de ayudar a cada paciente que conociera. “La idea de que algunas vidas cuentan menos es la raíz de todo lo que es mal del mundo,” dice. Su historia es menos sobre las organizaciones y movimientos de salud que ha influenciado, y más sobre su compromiso con un paciente. Cada paciente.

Tawakkol Karman nunca pensó que iba a ser la laureada más joven de un Premio Nobel de la Paz. Básicamente ya no podía quedarse callada frente a la cultura opresiva, que negaba los derechos básicos a la mujer, incluyendo el derecho de expresar sus propias ideas libremente.  Con otras colegas, mujeres periodistas, simplemente decía “no” a la continuación de la censura del derecho de hablar, y “sí” a la promoción de todos los derechos humanos, “sobre todo la libertad de opinión y expresión, y los derechos democráticos.”

Los impactos han sido inmensos. Pero para cada uno de estos agentes de cambio el punto de partida fue una sola, pequeña acción. Cada uno buscó tener una influencia dentro de su propio nicho de la vida, para marcar la diferencia en la vida de un mendigo o paciente o colega. El contacto fue de cerca, y personal. Y dentro de esta mezcla de conexiones se creó algo único entre los actores, algo que tenía la capacidad de crecer más allá de sus dimensiones originales, y hacerse más universal en su naturaleza, una fuerza demasiado intensa para quedarse desconocida, un movimiento que capturó la imaginación del mundo entero. Ni Yunus ni Farmer ni Karman buscaron cambiar el mundo. Cada uno solamente intentó hacer lo que se podía, una prestataria, un paciente, un paso a la vez. De tales hechos nacen movimientos.

Una participante del Foro preguntó lo que ella posiblemente podía hacer frente a la inmensidad de los problemas del mundo, mencionando el hambre, las enfermedades, la pobreza y la opresión de todos los tipos. Pensé haber escuchado en su pregunta un sentido de  admiración sobre lo que los conferencistas del Foro habían compartido, y las iniciativas que se habían desarrollado bajo su activismo. Pero de veras su sentido de admiración podría haber estado dirigido a la simplicidad de como estos pioneros actuaron. Porque el poder de sus ideas viene de una verdad básica: no hay una causa más grande que el amor por el prójimo, no hay regalo más importante que el papel de atender a los que enfrentan una necesidad,  sea ayudar a un vecino, una organización, una comarca o un país. Cada uno de nosotros representamos una sola pieza en este gran rompecabezas de la vida. Es una pieza que necesitamos aportar…

La Cara de la Pérdida

Por STEVE SHEPPARD, el 7 de febrero de 2013

Una de la experiencias más sentidas de mis viajes en Nicaragua la semana pasada fue mi introducción a “la roya de café”, y el impacto que va a tener sobre las vidas rurales nicaragüenses. Sin entrar demasiado en biología, quiero compartir una realidad aleccionadora.

Esta enfermedad fúngica de las matas de café siempre ha sido un hecho de la vida de los productores nicaragüenses de café, pero las condiciones este año resultaron en “una tormenta perfecta” de circunstancias que ha permitido que la enfermedad haya impactado esta cosecha de café de una manera sin precedentes. Algunas estimaciones del gobierno sugirieron que más de 30% de la cosecha entera del país se va a perder. Pero sé de nuestras visitas la semana pasada que la aniquilación de la cosecha de muchos pequeños productores será mucho mayor que ese monto. Para muchas personas, la plaga del café señalará el fin de su sustento.

 

 

La roya puede aparecer una amenaza relativamente menor. Su presencia no es inusual, los efectos principalmente atacan las hojas de las plantas, y cuando se detecta, la propagación del hongo normalmente se puede detener por medio de un recorte oportuno y bien hecho. Se considera una de las plagas del cultivo de café, pero no una condición apocalíptica que no permita chance de recuperación. A lo mejor esa fue la actitud de algunos agricultores cuando primeramente se dieron cuenta de los síntomas: grandes manchas extendiéndose por las hojas, dejando un color revelador del óxido alrededor de los bordes dentellados de los huecos que se dan eventualmente.  Pero la roya lleva otro atributo también. Al destruir las hojas, debilitando así las plantas, la roya crea una apertura para el asalto de otra enfermedades. Y en este ciclo productivo esa otra enfermedad fue algo que se llama antracnosis.

La antracnosis mata la planta de café. Con una constancia mortal, arrasa las plantas con una velocidad y una ruina asombrosa. Es una infestación que, en la mayoría de los casos, no se puede erradicar sin arrancar de raíz y destruir la planta entera. Implica que la renovación, o sembrar nuevas matas de café, es el único camino adelante para las fincas afectadas. Pero ya que hay que esperar un mínimo de tres años antes de que las plantas nuevas den una cosecha, no es una estrategia que muchos productores rurales pueden permitir; tres años sin ingresos no es una opción. Además para los empobrecidos rurales, conseguir financiamiento sin garantía por tres años es solamente una quimera. Aun Vientos de Paz tendrá problemas con las circunstancias de una solicitud así.

 

 

Una de las áreas afectadas pertenece a una contraparte, una cooperativa de mujeres que se llama COMUNEC (Ver mi blog del 2 de febrero de 2012, “The Simplicity of Joy.”)  Hemos trabajado con estas mujeres por más de un año, quienes han demostrado determinación, enfoque, una propensión a trabajo duro y una alegría de hacerlo. Demostraron éxito tanto en su desarrollo organizativo, como en sus actividades de la producción del café durante su primer año, y han mostrado un gran entusiasmo al acercarse a su segundo ciclo de cultivar su tierra. Y de repente, en unas cuantas semanas, la realidad terrible de las enfermedades de café quitó la vida de sus plantas y sus futuros sin mucho ruido. Al visitar varias de las parcelas de las mujeres, fui testigo de la cara de la pérdida, no solamente en las bandolas estériles de los árboles de café sin vida, sino también en las caras de las mujeres jóvenes quienes habían invertido tanta esperanza y esfuerzo en cultivarlos. La vista de ambos lados parte el corazón y puede quebrantar hasta el fondo el optimismo de cualquiera. La situación grave de estas pequeñas parcelas es suficiente severa – en algunos casos la pérdida estimada es 80% – que muchas de las pequeñas productoras no van a poder recuperar.

 

 

 

Las historias del éxito aquí y de otras instancias de financiamiento frecuentemente llevan el sentido del triunfo, la debilidad superando la fuerza, el bien sobre el mal, el correcto sobre el incorrecto. Tales anécdotas nos hacen sentir como si el mundo fuera un lugar al final de cuentas que tiene sentido, donde nuestra persistencia y dedicación nos recompensan de la manera que sentimos intuitivamente deben. Me gusta escribir sobre esas historias, también, porque me permiten pregonar la creencia que el mundo está en algún tipo de orden apropiado, que podemos contar con ciertos resultados si solamente conocemos las reglas del juego que estamos jugando. Pero a veces los resultados no corresponden a la integridad de los esfuerzos, ni a las reglas que pensamos que debemos seguir. La injusticia viene en múltiples formas, estructuras políticas, sociales, económicas, y sí, aun de la Madre Naturaleza misma. Y a veces, lo único que podemos hacer es ponernos al lado de nuestras contrapartes y estar presentes con ellas de cara a la pérdida….

Pagando la Deuda

por STEVE SHEPPARD, el 20 de febrero de 2013

La visita del mes pasado con las contrapartes en Nicaragua incluyó algunas visitas aleccionadoras con pequeños productores de café, quienes luchan con los impactos de la roya, como descritos aquí en mi blog anterior, “Las Caras de Pérdida”. Esta enfermedad incapacitante de plantas, junto con otras aflicciones que pueden suceder después de que la mata se debilita, tiene un impacto enorme sobre los rendimientos de estos agricultores, y amenaza su sustento. Hay una verdad del temor de que el impacto de este año de la enfermedad será más intenso que en años anteriores, y que algunos productores posiblemente no van a sobrevivir el ataque.

Una reacción inicial puede ser ofertar más asistencia de financiamiento, para ayudar a los productores que ya tienen un margen muy delgado para aguantar el ataque. O sea, enviar plata. Confieso que mi inicial respuesta visceral a la devastación de las fincas de café fue un sentimiento de pánico sobre como nuestras contrapartes vayan a poder conseguir suficiente financiamiento para recuperarse del golpe. Pero los recursos monetarios no siempre son la respuesta, y la agencias de cooperación que realmente entienden el contexto donde trabajan, y a la gente quienes forman ese contexto reconocen la verdad de esto. Al reflexionar, Vientos de Paz ha llegado a unas conclusiones adicionales que toman en cuenta no solamente el estado actual de la situación, sino el estado futuro también.

La realidad que enfrentamos es que no todas las fincas han sido afectadas al mismo nivel, ni de la misma manera. En parte es debido a la geografía, o sea el clima de diferentes alturas, y el nivel de exposición a otras fincas infestadas. Pero también es debido a las políticas y las prácticas implementadas por los productores al proteger el único activo que tienen: la capacidad productiva de su tierra. Para esos productores quienes han captado el conocimiento técnico necesario para la preservación cuidadosa de la salud de su tierra, prácticas como la fertilización selectiva, la renovación planificada de sus parcelas, el mejoramiento continuo y la inversión futura, todo esto ayuda a protegerse de los estragos de una infestación. Se puede hacerlo aun cuando el capital disponible para tales actividades es mínimo. Hay prácticas para mitigar el impacto de una enfermedad cafetalera. Hay una inversión que se puede hacer contra desastres futuros cuando se juntan el saber-hacer y la colaboración para ayudar a los productores entender mejor la tierra y sus modos.

Sin embargo, como es cierto para la mayor parte de las estrategias y los planes, puede haber obstáculos. Siempre hay una escasez de capital. Pero también hay que tomar en cuenta la manera en que se utiliza el capital limitado, resultando de la falta de conocimiento o la manipulación por gente externa, o sencillamente sucumbiendo a gratificaciones a corto plazo. El tiempo disponible tiene su precio, ya que familias rurales existen sobre ingresos sumamente pequeños, y dividen sus minutos cada día según la crisis que grite más fuerte para llamar su atención, gritos que a lo mejor no tienen nada que ver con las matas de café. La realidad puede entrometerse, y sí lo hace.

Dadas estas realidades y las consecuencias difíciles que frecuentemente resultan de ellas, puede ser un milagro que los campesinos productores no encuentren aun más reveses. Y con esa perspectiva en mente, Vientos de Paz está creando unas alianzas nuevas o ampliadas donde podemos. Conjuntamente con nuestras contrapartes rurales, fuentes locales de financiamiento y fuentes nacionales de asistencia técnica, y, esperamos, otras fuentes externas de financiamiento, FVP seguirá apoyando las contrapartes locales en el desarrollo de su conocimiento, sus capacidades y sostenibilidad agropecuaria. De veras, una parte de ese apoyo puede ser en la forma de capital de crédito. Pero a lo mejor el apoyo más duradero e importante será bajo la forma de ayuda técnica, talleres, capacitaciones, acompañamiento, reflexión y oportunidades de colaboración dentro de las cooperativas. Unas formas de fortalecimiento institucional vienen de afuera, pero cantidades enormes de conocimiento vivencial vienen de adentro también. Las cooperativas pueden halar fuerza tanto de los territorios donde residen, como del desarrollo interno; en un sentido, nos convertimos en lo que ponemos alrededor de nosotros.

La Fundación Vientos de Paz tratará de rodear a sus contrapartes con las ideas de colaboración entre las cooperativas: la participación significativa de esencialmente todos los socios, la visión de un administrador tanto hacia el futuro, como de cara al presente, y un sentido de auto-responsabilidad sobre el cual se puede construir esos futuros. La sostenibilidad de estas pequeñas empresas rurales descansa sobre un abrazo colaborativo por todo el país, y un entendimiento claro sobre lo que la tierra necesita a cambio de su generosidad. Como dijo un líder, “siempre hemos insistido en pagar nuestras deudas a nuestros financiadores. A lo mejor no hemos sido tan insistentes en pagar nuestra deuda con la Tierra, y con uno y al otro.”

Es una lección que todos nosotros necesitamos entender….

El muchacho encima del bus

por STEVE SHEPPARD, el 3 de marzo de 2013

Nicaragua es un país lleno de maravillas para los viajeros. La belleza natural no tiene fin, no importa cuantas veces uno tiene el placer de disfrutarla. La historia es tanto encantadora como inolvidable; es un pasado de gran belleza cultural, espiritualidad y perseverancia. Pero el activo verdadero de un país es su gente, por supuesto, y me siento notablemente bendecido por tener las oportunidades de conocer a muchos nicaragüenses. Quisiera conocer a aun más nicaragüenses. Sobre todo, los niños y las niñas. Como el padre de hijos adoptivos, no es tan difícil visualizar a cualquiera de esos bellos niños nicaragüenses como los míos.

Por lo tanto tal vez no fue tan inusual para mí pensar largo y duro sobre un muchacho que vi durante mi viaje en enero. Lo vi, literalmente, encima de un bus. Viajábamos sobre una carretera en construcción, una que urgentemente necesitaba el maquillaje. La profundidad de algunos de los baches y los surcos de esta carretera se podría medir más fácilmente en pies que en pulgadas, y viajar por ella fue un proceso lento aun sin el trabajo de la construcción. El bus se encaminaba directamente delante de nosotros, tirando a sus pasajeros arriba y abajo con cada rebote de la carretera, parándose de repente con cada interrupción de la construcción, en su desesperada búsqueda de terreno plano. Y parado encima del bus amarillo dando sacudidas estaba este muchacho.

Cada vez que el controlador del tráfico nos paró con una bandera roja, el muchacho se bajo corriendo de la parte trasera del bus para poder platicar con los trabajadores de la construcción u otra gente que miraba el proceso de la construcción. Parecía que él conocía a todos a lo largo de la ruta. Riéndose y entablando payasadas aparentemente con cualquier persona que le correspondía, parecía la encarnación de esa mezcla animada de energía y entusiasmo que tanto identifica a los jóvenes de 16 años. Tan pronto como el bus reiniciaba su viaje, el muchacho corría a la parte trasera del bus y subía de regreso al techo, como un vaquero a horcajadas sobre un enorme toro meciéndose. Rara vez se sentaba o se arrodillaba. Ni se agarraba a algo para estabilizarse. Su mensaje a todos que podían ver era que había conquistado al bus para montarlo a su propia manera. Con cada brinco nuevo de la carretera, esperaba verlo catapultado del techo al suelo. Pero su montura nunca le superó, un hecho que a lo mejor aportó a la anchura de su sonrisa al navegar nosotros la zona de la construcción.  Tanto Marcos como yo comentábamos sobre su riesgo, la percepción de su invulnerabilidad, el peligro de un chorro de adrenalina como este, y a lo mejor agregamos uno o dos gestos de resignación con la cabeza. Fue peligroso, imprudente y emocionante de mirar, todo a la vez.

En el momento me preguntaba si el muchacho puede representar un tipo de “hombre cualquiera” joven nicaragüense. O sea, aquí estaba, claramente un joven, en la profundidad del campo, yendo a quien-sabe-donde en el bus, aparentemente despreocupado y tal vez sin responsabilidades, fuera de la escuela, y tal vez con poco o ningún trabajo que exigía su atención. Pensé para mí mismo que, sean correctas o no mis atribuciones, este puede ser un perfil de muchos muchachos de Nicaragua: una persona llena de vida y vivacidad, con un potencial indecible e intocado, un cipote quien posiblemente tenga la llave de abrir décadas de empobrecimiento y daño económico, o posiblemente descubrir el remedio de alguna enfermedad mortal. Al verlo divertirse encima de ese bus, me imaginaba que posiblemente tenía el coraje y la visión de poder aguantar viajes agitados de una clase importante. Pero también reconocí que probablemente tendría pocas oportunidades en la vida de realizar esas posibilidades, que como tantos muchachos no-educados o sub-educados de Nicaragua, el potencial tendría pocas oportunidades de prosperar. Andar encima del bus podría ser el evento más emocionante y notable de una vida entera. Reflexioné así por casi una hora, por mucho tiempo después de que nos habíamos adelantado al bus con el muchacho encima.

Mi impresión de ese muchacho ha regresado a mi mente varias veces desde enero. Siempre empiezo recordando su aire de inmortalidad, su creencia completa de su capacidad de aguantar cada una y todas las sacudidas que el bus encontraba. Después siempre reflexiono sobre el potencial desaprovechado que él encarna. Pero con tiempo, he cambiado mi entendimiento de lo que él significa para mí, a alguien más profundamente representativo no solamente de la juventud nicaragüense desfavorecida del campo, sino de una base más amplia de la humanidad. He llegado a verme a mi mismo sobre ese bus, junto con cada otra persona sobre la faz de esta tierra. Resulta que todos nosotros estamos viajando sobre esa carretera llena de baches, tratando de mantener nuestro equilibrio frente a los surcos y huecos al mostrar nuestro desprecio por sus consecuencias. Vivimos como si pudiéramos ser inmortales, sin fin, y con esa actitud perdimos las oportunidades que están absolutamente dentro de nuestro poder de alcanzar. Las oportunidades perdidas de una vida joven no son diferentes, ni en términos de contenido ni en términos de importancia, que la administración inefectiva de nuestras propias vidas.

Cuando no somos suficientemente cuidadosos, pensativos, las visiones miopes pueden conducirnos siempre a conclusiones con aires de superioridad sobre las personas que nunca conocimos, al cegarnos a la realidad de nuestra propia condición. Me encuentro a mí mismo gozando con la memoria del muchacho encima del bus, también esperanzado que se llegue a su destino seguro y provechosamente. Y es la misma esperanza y visión ferviente que tengo para el resto de nosotros, quienes a veces ni estamos conscientes de que el bus ha salido de la estación…

Una apuesta segura

por STEVE SHEPPARD el 13 de enero de 2013

Consideré varios temas acerca de los cuales escribir esta semana en este lugar; hay probablemente decenas de historias de contar o iniciativas de explorar. Mis intenciones en compartir las historias y perspectivas aquí han sido de concientizar sobre las circunstancias en un lugar muy diferente de los EEUU, de contar historias que pueden tocar las sensibilidades de los lectores sobre como nos relacionamos uno al otro, y para motivar reflexiones sobre como cada uno de nosotros ocupa un papel en tal drama. Generalmente no tengo dificultad en escoger un tema, más allá de cubrir una gama muy amplia de posibles perspicacias y perspectivas. Esta semana, sin embargo, es diferente. Decidí darme el gusto de promover, pues, la fundación Vientos de Paz.

Frecuentemente me preguntan sobre de qué se trata la fundación, qué es lo que trata de lograr en su trabajo en Nicaragua, y cómo esperamos que esta pequeña organización pueda dejar su huella en un mundo con tanta necesidad. Por supuesto, mi respuesta no puede ser más que describir la búsqueda de contrapartes, el otorgamiento de donaciones, de micro-préstamos, y las actividades de mejora educativa, que son el enfoque de nuestros esfuerzos. Estoy seguro que mis respuestas sucintas a tales preguntas pueden sugerir una agenda de poco relevancia, dada la magnitud de necesidades en un lugar como Nicaragua. El trabajo que hacemos puede parecer demasiado limitado en su alcance geográfico, mientras, a la vez, demasiado amplio en su intento de crear cualquier tipo de transformación. Y esos sentimientos pueden ser justificados desde un punto de vista: somos una entidad pequeña. Pero además de darnos cuenta que las necesidades siempre superan las soluciones, también sabemos que los grandes árboles crecen de semillas chiquitas.

Por lo tanto, con un sentido de intento firme, Vientos de Paz patrocinará el 24vo Foro del Premio Nobel de la Paz que se dará en Minneapolis, Minnesota del 8-10 de marzo de 2013.  El evento presentará conferencistas y actividades diseñadas para promover el pensamiento y el activismo por la construcción de la paz en todo el mundo. Presentará a anteriores Laureados del Premio Nobel de la Paz, activistas quienes están innovando en los campos de la vida social, política y económica, escritores quienes se han comprometido con la causa de la construcción de la paz, y personas de la vida común quienes sencillamente anhelan con un mundo más justo y pacífico, pero no saben donde hallarlo. Vientos de Paz co-patrocinará el evento de tres días por la sexta vez en la historia de 24 años del Foro, convirtiendo a la Fundación en uno de los patrocinadores más constantes de la historia del Foro.

 

 

La reunión de los ciudadanos interesados en la paz no es un asunto enorme: el año pasado atrajo a 4,500 personas a una variedad amplia de sesiones. No atraerá la atención de las fuentes principales de los medios, ni atraerá las principales figuras políticas de este país, y a lo mejor ni va a poder jactarse de la presencia de los gerentes generales de las corporaciones principales. Pero lo que sí representa es “un grupo de ciudadanos considerados, comprometidos,” precisamente lo que la antropóloga Margaret Meade tuvo en mente cuando habló del único poder que ha podido cambiar el mundo jamás.

La Paz. De eso es lo que trata Vientos de Paz. Está en nuestro nombre y nuestros genes. Trabajar directamente con los empobrecidos y los marginados de Nicaragua es el principal local de la fundación para tal pretencioso resultado; nos ha hecho decidido en luchar contra las probabilidades lejanas del éxito. Pero de una forma parecida, apoyar los esfuerzos de una pequeña comunidad del Foro del Premio Nobel por la Paz-enfocado sobre los componentes y las dinámicas de un mundo más justo, compasivo y pacífico – no ha sido una inversión mala. De hecho, nos gustan las probabilidades…