Category Archives: Desarrollo rural

Contra corriente

Contra corriente

Los salmón son unos de los mejores profesores nuestros. Observamos los salmón jovenes viajando al mar, y los observamos regresando a casa. Observamos los muchos obstáculos que tienen que superar. Los observamos cumplir con el círculo de la vida, justamente como nosotros tenemos que hacer. Y si los salmón no están aquí, se rompe el círculo y todos nosotros sufrimos.

– Leroy Seth, El Tribu de Nez Perce

Para muchas criaturas de esta tierra es una verdad que el progreso y el éxito tienen que ser forjado de cara de muchas corrientes. Como los salmón del Pacífico noroeste, y los pueblos indígenas que dependían de ellos, sus historias definen la idea misma de luchar contra la marea. Y como sus primos lejanos norteamericanos, los y las nicaragüense rurales se han encontrado luchando contra corrientes suyacentes, tanto de dentro como de fuera del país, por generaciones. Como los salmón, los y las nicaragüenses experimentan el nadar río arriba como un modo de vida. Pero al contrario a los salmón, los y las nicaragüenses claramente ven las posibilidades de navegar de una forma diferente.

Entonces, cuando al final del año pasado se creó el plan de que la Fundación Vientos de Paz patrocinara un diplomado en cooperativismo en Nicaragua, avalamos la idea de buena gana. La idea de desarrollar un plan de estudio integral, de buenas prácticas para productores rurales, suscitó un entusiasmo inmediato porque – a lo mejor por la primera vez – se le ofrecía a una población campesina cooperativista un menú de temas digno de cualquier empresa progresista norteamericana. Además, este programa ocuparía una semana entera de la vida de los y las participantes, un bloque del tiempo que por su definición indicó un compromiso serio de aprender. Ese deseo, junto con la realidad logística de alojamiento del estilo-dormitorio, sugerió que los y las asistentes sentían la urgencia y la importancia de convertir una oferta como ésta en un evento trascendental.

No menos importante es que los constructores del programa son líderes comprobados por su conocimiento, tanto de los materiales, como de los y las participantes.

Rene Mendoza
Rene Mendoza

Dr. René Mendoza es un investigador, profesor y escritor con una larga historia en Nicaragua, co-fundador y ex-Director del Instituto de Investigación y Desarrollo NITLAPAN de la UCA (Universidad Centroamericana). En los últimos años ha visitado y escuchado montones de cooperativas rurales, al explorar su viabilidad y sostenabilidad, de cara al cambio económico nacional y mundial. Sigue presentando mucho de los resultados de su investigación en la forma de artículos subidos en este sitio web.

Edgar Fernandez (with Abemelet Rodriguez)
Edgar Fernandez (with Abemelet Rodriguez)

Edgar Fernández es un practicante del desarrollo rural con amplia experiencia, un colaborador frecuente con Mendoza, y también uno de los co-fundadores de Nitlapan-UCA. Un analista excepcional de las fortalezas y debilidades organizacionales, facilmente Fernández se vincula con, y inspira la confianza de, los y las productores nicaragüenses.

Ligia Guitierrez (At right)
Ligia Guitierrez (At right)

Ligia Gutiérrez es una sicóloga y una agitadora ayudando a las poblaciones rurales- sobre todo comunidades indígenas –a reconocer su patrimonio cultural y poderes de influencia y auto-determinación. De cara a la creciente disparidad económica, y la marginación de grandes sectores de la población, sus lecciones de integridad personal y auto-estima resuenan con los que temen perder la esperanza.

Pero la buena disposición de los y las participantes, y la pericia del facilitador, solamente son partes de una ecuación de aprendizaje exitoso. El otro ingrediente esencial es contenido que es, tanto digno de interés, como útil en su aplicación. Aquí la mágica de la inversión de una semana se hizo evidente desde las primeras versiones de su agenda.

Los módulos de las actividades de la semana se podrían haber copiado de un folleto de formación avanzada de liderazgo: Día 1 – Un contexto importante del estado actual de las cooperativas; Día 2 – innovaciones organizacionales (incluyendo la gerencia de libros abiertos y el proceso de mejoramiento “Lean”) de una empresa norteamericana donde los dueños son los mismos empleados; Día 3 – El género y la pérdida de relaciones y recursos; Día 4 – Los impactos del cambio climático, actuales y futuros; Día 5 – Espiritualidad en el trabajo; Día 6 – La salud personal y organizacional. (A lo mejor voy a decir más sobre cualquier o cada uno de esos temas en ensayos futuros, pero por ahora es suficiente reconocer el alcance del programa).

En medio de los IMG_2535diálogos del plenario, llenos de contenido, discusiones en pequeños grupos y la creación de planes de acciones, los días brindaron oportunidades importantes para relajarse del trabajo difícil de introspección y auto-análisis. Se cantaron canciones, había interpretaciones de baile y música por los y las participantes y visitantes, y una caminata impresionante a la alta cumbre de Peñas Blancas. Nos tiramos una pelota para presentarnos el uno al otro, tiramos bolitas de papel a los oradores y a una a la otra para mantenernos positivos de cara a los retos enormes, y

Uriselda Lopez (kept us laughing!!)
Uriselda Lopez (¡nos mantenïa en risas!)

nos reíamos sin fin a la capacidad extraña de una de las participantes de imitar exactamente el sonido de un infante llorando. De hecho, todos los aspectos intelectuales, sociales, emocionales, espirituales, laborales y físicos de nuestro bienestar personal y colectivo estaban en juego completamente durante la semana entera. Fue un evento educativo excepcional.

Al abarcar todos los componentes de la situación de las cooperativas nicaragüenses, este programa y sus presentadores lograron identificar y contextualizar la realidad y las perspectivas nicaragüenses de una manera única e importante. Tal vez por la primera vez los socios y las socias lograron contemplar sus organizaciones, su responsabilidades mutuas uno con el otro, los elementos económicos que de veras están fuera de su control, y los que están dentro de su influencia, la naturaleza de trabajo transparente y colaborativo, y la investigación que subraya todo esto. Las lecciones fueron difíciles. Las verdades fueron incómodas. Sin duda las corrientes provocaron que algunos pensaran en darse vuelta y nadar lejos. Pero la vista integral de sus vidas cooperativas, y un empuje intrínseco de superar obstáculos como “siempre lo hemos hecho así”, o “nunca vamos a poder entender”, permitieron que sucedieran transformaciones durante la semana.

El tiempo revelará cuales de los y las posibles innovadores tendrán éxito en luchar contra la corriente del estatus quo, y en cuales maneras. Tal vez como los salmón, hay voluntad innato y suficiente para completar el viaje que es la vocación de sus vidas, de satisfacer las necesidades más básicas de trabajo y sustento y dignidad. En un sentido muy real, sin esa posibilidad se rompe el círculo de sus vidas, y todos nosotros sufrimos….

The "Others"
“Los Otros y las Otras”

El Foro del Premio Nobel de la Paz

Por Steve Sheppard, el 15 de marzo de 2013

El fin de semana pasada asistí al Foro del Premio Nobel de la Paz. Fue la 25ta edición de la reunión de premiados de Nobel y una mezcla ecléctica de otras personas con intereses activos en la búsqueda de un mundo más justo y pacífico.  El Foro ya ha crecido para lograr la participación de unas 6,000 personas en su sitio en Minneapolis, además de a lo mejor miles más conectadas por la tecnologías de Internet que vincularon más de 20 países por todo el mundo.

El tema de la reunión de este año fue “El Poder de las Ideas: El Pueblo y La Paz”, y no hay duda que las ideas grandes representadas por los conferencistas de los plenarios, sobre todo, tuvieron un gran impacto por todo el mundo. Las y los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar al laureado de 2006, Muhammad Yunus, el padre del microcrédito, el padre de la empresa social, el fundador del Banco Grameen y de más de 50 otras compañías en Bangladesh. La laureada de 2011 Tawakkol Karman recibió el Premio Nobel por su trabajo humanitario en favor de los derechos y la seguridad de las mujeres y los niños y las niñas de Yemen. Malcolm Potts es un obstetra y científico de la reproducción, educado en Cambridge, cuyo último libro es un vistazo interesante sobre el Sexo y La Guerra: Cómo La Biología Explica la Guerra y el Terrorismo y Ofrece el Camino a un Mundo más Seguro. El Dr. Paul Farmer es uno de los pensadores más destacados sobre la salud y los derechos humanos y las consecuencias de la inequidad social.  El Dr. Farmer ha escrito ampliamente sobre el derecho a la salud y lo sagrado de cada vida.  Pensadores poderosos, todos con ideas poderosas. La oportunidad de escuchar a estos activistas y “pioneros” siempre es inspirador, generalmente provoca reflexión, e incluso a veces transforma la vida de uno mismo.

Es fascinante escuchar las historias sobre como una sola acción decisiva de parte de personas, que parecen comunes y corrientes, puede generar tales movimientos transformadores. Debidamente el Foro sirvió, en parte, para celebrar la magnitud de las ideas; tal celebración es completamente merecida frente a la magnitud de los problemas que enfrentamos. Pero al estar sentado en el auditorio durante los tres días, y al absorber la inspiración de estos activistas narradores talentosos, me impresionó mucho algo mucho más pequeño que las grandes ideas atribuidas a ellos. Exactamente lo opuesto.

Si se considera la historia de Muhammad Yunus y el nacimiento del microcrédito, no es necesariamente un relato del Banco Grameen y los miles de millones de dólares que se han prestado a personas empobrecidas por todo el mundo. En lo más profundo es una historia de un profesor universitario que no podía reconciliar su conocimiento de la economía con su identificación con una mujer pobre, pidiendo en las calles de Bangladesh. En un momento de sentimiento, sea de un sentido de culpabilidad o de un sentido práctico, le prestó un monto pequeño, de ser pagado cuando pudiera, cuando se encontraran en la calle. Se encontraron. Ella le pagó. Y el resto, como se dice, se hizo historia.

Paul Farmer se ha convertido en una fuerza médica verdadera en el mundo, trabajando contra la costumbre y la burocracia por el bien de sus pacientes, quienes casi todos viven en los lugares más pobres del mundo. Pero empezó ejerciendo su profesión como médico en el país más pobre del Hemisferio Occidental – Haití – con la idea sencilla de ayudar a cada paciente que conociera. “La idea de que algunas vidas cuentan menos es la raíz de todo lo que es mal del mundo,” dice. Su historia es menos sobre las organizaciones y movimientos de salud que ha influenciado, y más sobre su compromiso con un paciente. Cada paciente.

Tawakkol Karman nunca pensó que iba a ser la laureada más joven de un Premio Nobel de la Paz. Básicamente ya no podía quedarse callada frente a la cultura opresiva, que negaba los derechos básicos a la mujer, incluyendo el derecho de expresar sus propias ideas libremente.  Con otras colegas, mujeres periodistas, simplemente decía “no” a la continuación de la censura del derecho de hablar, y “sí” a la promoción de todos los derechos humanos, “sobre todo la libertad de opinión y expresión, y los derechos democráticos.”

Los impactos han sido inmensos. Pero para cada uno de estos agentes de cambio el punto de partida fue una sola, pequeña acción. Cada uno buscó tener una influencia dentro de su propio nicho de la vida, para marcar la diferencia en la vida de un mendigo o paciente o colega. El contacto fue de cerca, y personal. Y dentro de esta mezcla de conexiones se creó algo único entre los actores, algo que tenía la capacidad de crecer más allá de sus dimensiones originales, y hacerse más universal en su naturaleza, una fuerza demasiado intensa para quedarse desconocida, un movimiento que capturó la imaginación del mundo entero. Ni Yunus ni Farmer ni Karman buscaron cambiar el mundo. Cada uno solamente intentó hacer lo que se podía, una prestataria, un paciente, un paso a la vez. De tales hechos nacen movimientos.

Una participante del Foro preguntó lo que ella posiblemente podía hacer frente a la inmensidad de los problemas del mundo, mencionando el hambre, las enfermedades, la pobreza y la opresión de todos los tipos. Pensé haber escuchado en su pregunta un sentido de  admiración sobre lo que los conferencistas del Foro habían compartido, y las iniciativas que se habían desarrollado bajo su activismo. Pero de veras su sentido de admiración podría haber estado dirigido a la simplicidad de como estos pioneros actuaron. Porque el poder de sus ideas viene de una verdad básica: no hay una causa más grande que el amor por el prójimo, no hay regalo más importante que el papel de atender a los que enfrentan una necesidad,  sea ayudar a un vecino, una organización, una comarca o un país. Cada uno de nosotros representamos una sola pieza en este gran rompecabezas de la vida. Es una pieza que necesitamos aportar…

El Poder y la Debilidad de Una Persona

por STEVE SHEPPARD, el 9 de marzo de 2013

Uno de los titulares de las noticias esta semana fue la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Aunque se murió a una edad relativamente joven, parece que Chávez ha ocupado los titulares desde siempre, a veces por su declaraciones escandalosas, a veces por su personalidad imponente, a veces por su menosprecio de las políticas exteriores de los Estados Unidos, y frecuentemente por su desdén del capitalismo occidental. Demonizaba a los líderes occidentales, se hacía amigo de gobiernos parias, “delincuentes” alrededor del mundo, y consolidaba su poder sobre la política venezolana hasta que la controló casi con una mano. De hecho, había pocas agencias del gobierno venezolano que no sentían la presión del apretón de Chávez. Consiguió el apoyo y hasta el cariño de muchos venezolanos debido a su postura en favor de los pobres. Y después había todo ese petróleo debajo de las tierras venezolanas, que le dio la tarima para poder ser escuchado por todas partes, externas y domésticas.

 

Se ha utilizado la palabra “carismático” para describir a Chávez y su estilo bravucón. Raras veces cayó víctima de la diplomacia, cuando un bramido sencillo podía comunicar su posición, un rasgo que confundía a gobiernos hostiles pero que le ganaba la simpatía del pueblo de Venezuela; fue elegido a la presidencia cuatro veces. Durante esos años se identificaba más y más no solamente con la presidencia, sino con la nación misma, desdibujando la línea entre la nación y el nacionalista. Por lo menos el gobierno de Venezuela durante los años de Chávez fue “una banda de una sola persona”. Empuñaba su voz y su poder unilateralmente.

En Nicaragua Chávez se hizo un patrón externo, proporcionando al gobierno nicaragüense acceso a petróleo barato y en grandes cantidades. Los detalles de los pactos económicos entre Chávez y el Presidente nicaragüense Daniel Ortega se mantenían básicamente secretos, pero acuerdos pregonados por el líder nicaragüense como enormemente convenientes para la economía nicaragüense y su pueblo. Pero se realizaron, como mucho del legado de Chávez, hombre a hombre, sobre la base de uno a uno. Y dentro de esa postura de la construcción de una relación aparentemente franca, sencilla y efectiva está el problema: fue de un solo hombre. Los y las nicaragüenses pueden ahora con razón ir preguntándose, “¿Y ahora qué?”

 

Chávez ya se ha ido. Y por todo lo que se sabe, puede ser que sus intenciones, promesas, relaciones, conocimiento y estrategias ya se hayan ido también. Porque el hombre se convirtió en el país. Él fue todo el espectáculo. La participación amplia y la transparencia del gobierno que pudieran haber consolidado un movimiento generacional entero en Venezuela nunca tuvieron las oportunidades de enraizarse, y por lo tanto la fuerza del hombre y sus país se hizo su debilidad, también. El tiempo contará si su sucesor seguirá las políticas y direcciones promovidas por Chávez, pero una cosa está clara: aunque las estrategias sí continúen, se harán a un ritmo más lento y con un impacto disminuido debido al estilo de liderazgo de Chávez.

Es tanto la bendición y la maldición del liderazgo singular. Cuando un líder toma todas las decisiones y tiene toda la autoridad, se convierte en la identidad de cualquier institución atendida, sea gubernamental, empresarial o sin fines de lucro. Si esa identidad es positiva, la organización puede beneficiarse por la fuerza del carisma, talento, honestidad y corazón cariñoso de ese individuo. Pero si esa persona es todo lo que la institución representa, entonces será tan efímera como la nieve en la primavera. Cualquier organización necesita un liderazgo fuerte y aún carismático para sembrarse y expandir por su gente para que sus raíces sean profundas y su vida larga. Así se asegura la continuidad, y la manera en que los seguidores realmente entienden por qué están vitoreando cuando el líder conduce. Y ninguno de nosotros podemos ser tan inteligentes como todos nosotros juntos.

Al trabajar en Nicaragua me pregunto cuáles cambios vendrán con el fallecimiento de Chávez y sus acuerdos secretos. ¿Se encontrará Daniel Ortega de repente en una asociación sin una contraparte? Es una pregunta importante que cada una de nuestras contrapartes necesita hacerse cuando busquen construir organizaciones más fuertes, más duraderas. La salud y fuerza de un socio de una cooperativa puede resultar de la solidaridad organizativa, pero la solidaridad organizativa se construye sobre el involucramiento como propietario de todos sus socios…

La Cara de la Pérdida

Por STEVE SHEPPARD, el 7 de febrero de 2013

Una de la experiencias más sentidas de mis viajes en Nicaragua la semana pasada fue mi introducción a “la roya de café”, y el impacto que va a tener sobre las vidas rurales nicaragüenses. Sin entrar demasiado en biología, quiero compartir una realidad aleccionadora.

Esta enfermedad fúngica de las matas de café siempre ha sido un hecho de la vida de los productores nicaragüenses de café, pero las condiciones este año resultaron en “una tormenta perfecta” de circunstancias que ha permitido que la enfermedad haya impactado esta cosecha de café de una manera sin precedentes. Algunas estimaciones del gobierno sugirieron que más de 30% de la cosecha entera del país se va a perder. Pero sé de nuestras visitas la semana pasada que la aniquilación de la cosecha de muchos pequeños productores será mucho mayor que ese monto. Para muchas personas, la plaga del café señalará el fin de su sustento.

 

 

La roya puede aparecer una amenaza relativamente menor. Su presencia no es inusual, los efectos principalmente atacan las hojas de las plantas, y cuando se detecta, la propagación del hongo normalmente se puede detener por medio de un recorte oportuno y bien hecho. Se considera una de las plagas del cultivo de café, pero no una condición apocalíptica que no permita chance de recuperación. A lo mejor esa fue la actitud de algunos agricultores cuando primeramente se dieron cuenta de los síntomas: grandes manchas extendiéndose por las hojas, dejando un color revelador del óxido alrededor de los bordes dentellados de los huecos que se dan eventualmente.  Pero la roya lleva otro atributo también. Al destruir las hojas, debilitando así las plantas, la roya crea una apertura para el asalto de otra enfermedades. Y en este ciclo productivo esa otra enfermedad fue algo que se llama antracnosis.

La antracnosis mata la planta de café. Con una constancia mortal, arrasa las plantas con una velocidad y una ruina asombrosa. Es una infestación que, en la mayoría de los casos, no se puede erradicar sin arrancar de raíz y destruir la planta entera. Implica que la renovación, o sembrar nuevas matas de café, es el único camino adelante para las fincas afectadas. Pero ya que hay que esperar un mínimo de tres años antes de que las plantas nuevas den una cosecha, no es una estrategia que muchos productores rurales pueden permitir; tres años sin ingresos no es una opción. Además para los empobrecidos rurales, conseguir financiamiento sin garantía por tres años es solamente una quimera. Aun Vientos de Paz tendrá problemas con las circunstancias de una solicitud así.

 

 

Una de las áreas afectadas pertenece a una contraparte, una cooperativa de mujeres que se llama COMUNEC (Ver mi blog del 2 de febrero de 2012, “The Simplicity of Joy.”)  Hemos trabajado con estas mujeres por más de un año, quienes han demostrado determinación, enfoque, una propensión a trabajo duro y una alegría de hacerlo. Demostraron éxito tanto en su desarrollo organizativo, como en sus actividades de la producción del café durante su primer año, y han mostrado un gran entusiasmo al acercarse a su segundo ciclo de cultivar su tierra. Y de repente, en unas cuantas semanas, la realidad terrible de las enfermedades de café quitó la vida de sus plantas y sus futuros sin mucho ruido. Al visitar varias de las parcelas de las mujeres, fui testigo de la cara de la pérdida, no solamente en las bandolas estériles de los árboles de café sin vida, sino también en las caras de las mujeres jóvenes quienes habían invertido tanta esperanza y esfuerzo en cultivarlos. La vista de ambos lados parte el corazón y puede quebrantar hasta el fondo el optimismo de cualquiera. La situación grave de estas pequeñas parcelas es suficiente severa – en algunos casos la pérdida estimada es 80% – que muchas de las pequeñas productoras no van a poder recuperar.

 

 

 

Las historias del éxito aquí y de otras instancias de financiamiento frecuentemente llevan el sentido del triunfo, la debilidad superando la fuerza, el bien sobre el mal, el correcto sobre el incorrecto. Tales anécdotas nos hacen sentir como si el mundo fuera un lugar al final de cuentas que tiene sentido, donde nuestra persistencia y dedicación nos recompensan de la manera que sentimos intuitivamente deben. Me gusta escribir sobre esas historias, también, porque me permiten pregonar la creencia que el mundo está en algún tipo de orden apropiado, que podemos contar con ciertos resultados si solamente conocemos las reglas del juego que estamos jugando. Pero a veces los resultados no corresponden a la integridad de los esfuerzos, ni a las reglas que pensamos que debemos seguir. La injusticia viene en múltiples formas, estructuras políticas, sociales, económicas, y sí, aun de la Madre Naturaleza misma. Y a veces, lo único que podemos hacer es ponernos al lado de nuestras contrapartes y estar presentes con ellas de cara a la pérdida….

Pagando la Deuda

por STEVE SHEPPARD, el 20 de febrero de 2013

La visita del mes pasado con las contrapartes en Nicaragua incluyó algunas visitas aleccionadoras con pequeños productores de café, quienes luchan con los impactos de la roya, como descritos aquí en mi blog anterior, “Las Caras de Pérdida”. Esta enfermedad incapacitante de plantas, junto con otras aflicciones que pueden suceder después de que la mata se debilita, tiene un impacto enorme sobre los rendimientos de estos agricultores, y amenaza su sustento. Hay una verdad del temor de que el impacto de este año de la enfermedad será más intenso que en años anteriores, y que algunos productores posiblemente no van a sobrevivir el ataque.

Una reacción inicial puede ser ofertar más asistencia de financiamiento, para ayudar a los productores que ya tienen un margen muy delgado para aguantar el ataque. O sea, enviar plata. Confieso que mi inicial respuesta visceral a la devastación de las fincas de café fue un sentimiento de pánico sobre como nuestras contrapartes vayan a poder conseguir suficiente financiamiento para recuperarse del golpe. Pero los recursos monetarios no siempre son la respuesta, y la agencias de cooperación que realmente entienden el contexto donde trabajan, y a la gente quienes forman ese contexto reconocen la verdad de esto. Al reflexionar, Vientos de Paz ha llegado a unas conclusiones adicionales que toman en cuenta no solamente el estado actual de la situación, sino el estado futuro también.

La realidad que enfrentamos es que no todas las fincas han sido afectadas al mismo nivel, ni de la misma manera. En parte es debido a la geografía, o sea el clima de diferentes alturas, y el nivel de exposición a otras fincas infestadas. Pero también es debido a las políticas y las prácticas implementadas por los productores al proteger el único activo que tienen: la capacidad productiva de su tierra. Para esos productores quienes han captado el conocimiento técnico necesario para la preservación cuidadosa de la salud de su tierra, prácticas como la fertilización selectiva, la renovación planificada de sus parcelas, el mejoramiento continuo y la inversión futura, todo esto ayuda a protegerse de los estragos de una infestación. Se puede hacerlo aun cuando el capital disponible para tales actividades es mínimo. Hay prácticas para mitigar el impacto de una enfermedad cafetalera. Hay una inversión que se puede hacer contra desastres futuros cuando se juntan el saber-hacer y la colaboración para ayudar a los productores entender mejor la tierra y sus modos.

Sin embargo, como es cierto para la mayor parte de las estrategias y los planes, puede haber obstáculos. Siempre hay una escasez de capital. Pero también hay que tomar en cuenta la manera en que se utiliza el capital limitado, resultando de la falta de conocimiento o la manipulación por gente externa, o sencillamente sucumbiendo a gratificaciones a corto plazo. El tiempo disponible tiene su precio, ya que familias rurales existen sobre ingresos sumamente pequeños, y dividen sus minutos cada día según la crisis que grite más fuerte para llamar su atención, gritos que a lo mejor no tienen nada que ver con las matas de café. La realidad puede entrometerse, y sí lo hace.

Dadas estas realidades y las consecuencias difíciles que frecuentemente resultan de ellas, puede ser un milagro que los campesinos productores no encuentren aun más reveses. Y con esa perspectiva en mente, Vientos de Paz está creando unas alianzas nuevas o ampliadas donde podemos. Conjuntamente con nuestras contrapartes rurales, fuentes locales de financiamiento y fuentes nacionales de asistencia técnica, y, esperamos, otras fuentes externas de financiamiento, FVP seguirá apoyando las contrapartes locales en el desarrollo de su conocimiento, sus capacidades y sostenibilidad agropecuaria. De veras, una parte de ese apoyo puede ser en la forma de capital de crédito. Pero a lo mejor el apoyo más duradero e importante será bajo la forma de ayuda técnica, talleres, capacitaciones, acompañamiento, reflexión y oportunidades de colaboración dentro de las cooperativas. Unas formas de fortalecimiento institucional vienen de afuera, pero cantidades enormes de conocimiento vivencial vienen de adentro también. Las cooperativas pueden halar fuerza tanto de los territorios donde residen, como del desarrollo interno; en un sentido, nos convertimos en lo que ponemos alrededor de nosotros.

La Fundación Vientos de Paz tratará de rodear a sus contrapartes con las ideas de colaboración entre las cooperativas: la participación significativa de esencialmente todos los socios, la visión de un administrador tanto hacia el futuro, como de cara al presente, y un sentido de auto-responsabilidad sobre el cual se puede construir esos futuros. La sostenibilidad de estas pequeñas empresas rurales descansa sobre un abrazo colaborativo por todo el país, y un entendimiento claro sobre lo que la tierra necesita a cambio de su generosidad. Como dijo un líder, “siempre hemos insistido en pagar nuestras deudas a nuestros financiadores. A lo mejor no hemos sido tan insistentes en pagar nuestra deuda con la Tierra, y con uno y al otro.”

Es una lección que todos nosotros necesitamos entender….

Cuando cumpla sesenta y cuatro

Por STEVE SHEPPARD el 12 de enero de 2013

“When I get older, losing my hair, Many years from now…. Will you still need me, will you still feed me, when I’m sixty-four?”

“Cuando yo sea más viejo, perdiendo el pelo, dentro de muchos años… ¿Todavía me necesitarás?, ¿todavía me alimentarás, cuando tenga sesenta y cuatro?”

Los Beatles grabaron una canción en 1966 que se llamó “When I´m Sixty-Four” una melodía caprichosa cantada por un joven a su novia, un interrogante sobre su vida en el futuro. La canción también es una graciosa referencia a la brecha generacional, al intentar imaginarse la vida a esa edad muy madura. La historia dice que Paul McCartney escribió la canción a una edad muy joven, y cuando su papá iba a cumplir sesenta y cuatro años. Cualquier persona de mi generación, al escuchar la canción allá en los años 1960s, teníamos poca curiosidad de pensar en llegar a la edad de sesenta y cuatro, una edad que nos parecía tan antigua como el sistema planetario. Para un adolescente, imaginarse la vida a tal edad tan avanzada fue un poco cómo imaginarse la vida en la luna: era lejana, de otro mundo, e improbable. Pero de repente estoy en el umbral de cumplir sesenta y cuatro.

No es un cataclismo, ni un hito muy importante. O sea, todavía tengo empleo en un papel que aprecio, tengo buena salud, estoy activo físicamente y mentalmente, con una esposa a quien amo muy profundamente todavía, con cuatro hijos crecidos quienes me llaman y visitan. No parece que la vida se me está menguando. Sin embargo, según las estadísticas, ya estoy bastante dentro de la última cuarta parte de mi vida. Entonces la melodía de los Beatles me ha dado a pensar sobre cualesquier impactos que pueda haber creado hasta la fecha, sean buenos o sean malos, a contemplar los logros que me quedan adelante, y a preguntarme en voz alta si mi existencia ha demostrado una buena administración de la vida con la cual he sido bendecido. Es una ejercicio tenue, nacido tanto de una necesidad de afirmación, como de una evasión de miedos: espero dejar buenas huellas, pero temeroso que no lo haré.

Sospecho que las misma incertidumbres se remueven dentro de muchos de nosotros. Nos han dicho otras personas que, por solamente hacernos las preguntas demostramos nuestra conciencia de una obligación de administración, que por sí mismo puede asegurar el alto carácter de nuestro paso por este mundo. No tengo mucha confianza sobre esa conclusión. Las preguntas son un buen comienzo, pero un final incompleto. Entonces sigo buscando ese “boletín de notas” para informarme si estoy aprobando esta clase de administración que se llama la vida. Y tengo la preocupación que la prueba no se va a evaluar poniendo las notas en una curva, sino, según una medida más absoluta. Reviso las notas de mi vida, incluyendo mi lista de las 10 principales medidas de responsabilidad administrativa, y veo temas como la honestidad, la generosidad, el respeto hacia otras personas, el ambientalismo, la conservación, el aprendizaje de toda la vida, la espiritualidad, el cuido de mi ser físico. Quisiera saber el contenido del examen para cada uno de estos elementos. ¿Ya tomé el examen?

“Déme su respuesta, llene un formulario…”

 

Un autor de gerencia Peter Block, escribió un libro sobre la administración hace varios años (1993) que se llama El Servicio Como Estilo de Management: Stewardship[1]. Todavía es uno de los mejores escritos sobre el tema que he encontrado jamás, y una parte de esa obra se queda en mi conciencia aún hoy, veinte años después de mi lectura original, y muchos años después de terminar mis papeles de gerencia corporativa. Block describe stewardship como “escoger el servicio sobre el interés propio, y crear la redistribución de poder, metas y riqueza.” O sea, Block sugirió que en la búsqueda de hacerse hábil en stewardship (en este caso, el fortalecimiento organizativo), la clave se encontraría en el ascenso de los otros.

Casi en el mismo momento, Robert Greenleaf estuvo enseñando un pensamiento muy parecido en su folleto paradójico The Servant as Leader. “El líder servicial asegura que se responda a las necesidades más prioritarias de otras personas. La mejor prueba, y la más difícil de aplicar, es: ¿crecen como personas la gente que se atiende? Al ser atendidas, se hacen más sanas, más sabias, más libres más autónomas, tienden más a ser serviciales? ¿Y cuál es el efecto sobre los menos privilegiados de la sociedad? Se benefician, o, por lo menos, no terminan siendo privados aún más?” Las palabras de ambos autores me abrieron perspectivas de pensamiento que dramáticamente impactaron mi comportamiento, tanto en mi trabajo, como en mi vida personal. Pero todavía me pregunto si al fin y al cabo me hicieron un mejor administrador. Me hubiera gustado estudiar más para el examen.

“Trabajando en el huerto, sacando la maleza, ¿Qué más que se podría pedir?”

Entonces al acercarme más al cumpleaños mítico de sesenta y cuatro de McCartney, aprecio la vida que ha evolucionado con los años, por declarar que yo soy, de hecho, el hombre más afortunado del mundo. De veras lo creo. Pero aunque suene muy bendecido, sencillamente aumenta mi auto-reflexión sobre lo que es la buena administración. ¿Puede uno ser verdaderamente un buen administrador, mientras se siente a la vez las buenas fortunas de un hombre dichoso? Tal vez voy a entender la respuesta en algún momento del año venidero, cuando cumpla sesenta cuatro…



[1] La palabra en inglés significa más que solamente “administración” sino tiene una connotación  fuerte de responsabilidad social,  o sea no solamente administrar, sino cuidar, hacer crecer, actuar responsablemente con su “cargo”.

Comunidad

Tuve la excepcionalmente buena suerte de viajar por Nicaragua hace unas semanas, visitando las contrapartes, sitios nuevos y aprendiendo una vez más de ellos lo que implica ser resistente y de buen ánimo. Estas lecciones son características de mis visitas por los años, y como resultado, cada vez me encuentro a mi mismo infundido con nuevas energías y mayor determinación. Pareciera que cada conversación, cada dilema, cada visita tiene la capacidad tanto de arrastrarme hacia abajo, como de levantarme, dependiendo de las circunstancias que se encuentren. La semana pasada, una de esas circunstancias sobresalió de una manera inmediata e imperiosa,  por lo tanto voy a compartirlo con ustedes aquí.

Una de las entidades que hemos financiado por años es NITLAPAN. Una organización adscrita a la Universidad Centroamericana (UCA), han llevado a cabo más investigaciones y estudios sobre el desarrollo en Nicaragua que nadie. Especializan en la investigación y creación de nuevos modelos y metodologías de desarrollo local. Promueven iniciativas concretas de desarrollo por medio de servicios financieros y no-financieros a las pequeñas empresas rurales y urbanas, sobre todo de mujeres y jóvenes.  Su álter ego, el Fondo de Desarrollo Local (FDL), ha establecido sucursales en gran parte del país para responder a tales necesidades, y en el proceso, se ha convertido en una fuente confiable de apoyo para los nicaragüenses rurales. Es una organización efectiva, que tiene un impacto en diferentes partes del país, y por lo tanto una organización que nos da satisfacción apoyar.

Hace poco, NITLAPAN asumió un proyecto de asistencia técnica para una comunidad remota, Santa María de Wasaka. Su proyecto implica acompañamiento y enseñanza, proporcionando a las personas de la comunidad insumos y capacitaciones para que los y las participantes puedan mejorar su propia alimentación y la de su familia. Ya que la fundación había tomado la decisión de financiar el costo del proyecto, parecía un destino lógico durante la visita de una semana.

 

Ahora cuando digo que esta visita se dio durante la última parte de la temporada de lluvia, pueden imaginar una lluvia calorosa y suave sobre las copas de un bosque tropical húmedo. Pero frecuentemente la temporada de lluvia trae un diluvio repentino a la tierra. Y si el aguacero se da al final de la temporada – cuando la tierra ya está saturada con las lluvias anteriores – el resultado puede ser catastrófico en su alcance. Tales fueron las condiciones al conducir la camioneta sobre el camino a Wasaka. Un puente sobre el río – dudoso para uso vehicular en sus mejores días – esencialmente fue arrasado. El río mismo corría rápido, aun hinchado de un aguacero de hace unos días, descartando cualquier intento de pasar por él. Caminar el resto de la distancia resultó ser nuestra única opción; nos pusimos nuestras mochilas y empezamos a caminar el resto de más o menos dos kilómetros y medio.
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Una caminata en el sector rural frecuentemente es algo valioso para mi, un cambio bonito de las horas sentadas que hacemos. Me da una oportunidad de experimentar el campo de cerca, tardarse con vistas bellas, y demasiado frecuente absorber completamente las condiciones primitivas en las cuales los habitantes rurales se encuentran. Hace que las circunstancias del campo cobren vida, para bien o para mal, y crea una perspectiva que es difícil encontrar por otros medios. El camino a Wasaka exigió cuarenta y cinco mi

nutos de caminar, observar y reflexionar. La vía serpenteó arriba y abajo de los cerros, todavía húmeda
y con charcos de las últimas lluvias, cercada de ambos lados con el crecimiento profundo del bosque que dio privacidad a la mayor parte de los residentes allá, una ruta bella y misteriosa y vagamente desconcertante por lo que quede escondido en la profundidad más allá de su borde.

Al llegar nosotros, muchas de las participantes se habían reunido para una sesión de capacitación. Se juntaron alrededor una olla grande, hirviendo del calor de un fuego abierto. Varias mujeres removían el contenido de la olla. Me hizo recordar de un guiso comunitario, y en cierto sentido, fue exactamente eso. Los técnicos de NITLAPAN enseñaba los secretos de un insecticida orgánico, que se podría producir por la fracción del costo de los tratamientos químicos, y que sería mucho mas seguro, tanto para las personas trabajando la huertas como para el medio ambiente. Aunque las y los participantes fueron atentos, hicieron una pausa para saludarnos y darnos la bienvenida. Uno a uno, nos ofrecieron sus saludos y explicaciones de las lecciones aprendidas ese día. Pero compartieron más que eso, también.  Reflexionaron sobre los eventos difíciles de los tres días anteriores.

Habíamos entrado a un lugar de emociones terriblemente encontradas.  Temores persistían de las secuelas de una inundación repentina de hace varios días. Tristeza cubría la comunidad por la pérdida de un pequeño niño, ahogado en el agua rápida que había envuelto mucho de la zona. Frustración surgía de la pérdida económica, ya que la inundación repentina destruyó muchos de los nuevos huertos que fueron el objeto de su capacitación y sus esfuerzos. Una intensidad nació de la necesidad de aprender más rápido, de mejorar el saber-hacer y producción; era visible en la cara de cada persona con que nos encontramos. Al igual que la esperanza y la determinación. “Me sentí muy triste esta mañana,” una mujer se confesó, “pero luego conocí a este hombre (el técnico de NITLAPAN) y me ayudó a sentir esperanza de nuevo, me dijo que podríamos empezar de nuevo.” “Damos gracias a Dios por la oportunidad de aprender y mejorar nuestros huertos, “ dijo otra persona. “Mi huerto fue arrastrado completamente, pero con la ayuda de estos hombres (los técnicos de NITLAPAN) voy a empezar de nuevo.” “Esperamos que no sea su última visita aquí con nosotros. Cuando regresen, van a ver algo bonito,” prometió otra persona.

Por supuesto, ya habíamos visto algo bonito allá en los cerros de Santa María de Wasaka. Algunas personas lo llamarían valor. Otras preferirían la idea de resistencia, otras lo caracterizarían como determinación. No importa el nombre que se da a esa química comunitaria, merece nuestra atención. Las personas de Wasaka no son únicas. No son algunos idealizados “pobres nobles”, buscando simpatía y admiración por su situación grave. Sencillamente están haciendo lo mejor que pueden. Personas comunes. Personas que hacen lo mejor para enfrentar sus circunstancias, las cuales podrían convertir a los más fuertes de nosotros débiles. Y aun así perseveran, se levantan después de ser tumbados, buscan el amanecer después de una tormenta. Las personas que hablaban con nosotros se sostenían uno al otro, emocionalmente y de su actitud. Y en el proceso, nos dieron el ejemplo de lo mejor que la psique humana puede ser: humilde, cariñosa, responsable por el mundo, renuente a rendirse, fuerte de cara a grandes obstáculos. Me acuerdo de que me pregunté si alguien podría describirme a mí así.

Derramé una lágrima durante la caminata de llovizna de regreso a la camioneta. Me protegía la oscuridad, escondido de las otras personas, al contemplarme a mí, arrastrado hacia abajo y luego levantado, todo en el transcurso de una breve tarde…

 

 

La Paradoja del Castillo

Durante los últimos 30 años he tenido este afiche colgado en mi oficina. Ya ni recuerdo de dónde vino, pero inmediatamente me cautivó su poderoso mensaje holístico, de una vida integral. Por lo tanto, lo mantuve como un recordatorio sobre cómo debería construir mi vida. O, por lo menos, para recordarme cuan desbalanceado  puedo tornarme y la facilidad en que pueden ocurrir estos desbalances.

Los elementos de la construcción del castillo son importantes y exigen reflexión, pero es el título del afiche que postula la Paradoja del Castillo: “Un Sueño es una Meta Tomada en Serio”. Éste escuetamente  afirma una filosofía entera sobre el desarrollo personal y organizativo. (Naturalmente, me siento atraído por las verdades que tienen sentido en mi propia vida).  Y básicamente la idea aquí es que cualquier sueño mío – independientemente de que tan borroso y a veces poco factible pueda parecer – se puede alcanzar si me decido a luchar con la enormidad de  mi visión y supero sus pequeños componentes; si puedo aprovechar el poder de mi propio espíritu,  si lo trato como una meta o una realidad en vez de una ficción. Al fin y al cabo, los objetivos son cosas que sencillamente tienen que ser logradas, mientras que los sueños frecuentemente están en el ámbito de la fantasía, más allá de mi alcance. Me gusta la idea de luchar en algo concreto.

Pero la paradoja es a la vez alentadoramente sencilla y exasperantemente problemática. Nuestras aspiraciones más altas pueden ser alcanzables solamente si podemos enseñarnos a nosotros mismos como re-imaginar su éxito. A veces el camino al éxito es, de veras “el camino menos transitado”, y puede ser un camino difícil de discernir.

La Paradoja del Castillo y la perplejidad que nos causa en la vida real a la mayoría de nosotros me hace recordar las lecciones de uno de mis libros favoritos, The Paradoxes of Leadership(Las paradojas del liderazgo), por Charles R. Edmunson. Escrito para líderes de empresas de los empleados en los EEUU, el libro es un compendio de lecciones que se aplican igualmente a individuos que están intentando progresar en esta vida de la mejor manera posible y de progresar junto a otras personas. Las lecciones del libro son únicas porque cuestionan las creencias tradicionales que sostenemos sobre  nuestras interacciones, la forma de cómo se logra ser exitoso, y la naturaleza de las relaciones organizacionales. La lecciones contradicen las perspectivas del estatus quo:

*Con las personas, la distancia mas corta entre dos puntos no es una línea recta:

*Corregimos mejor por medio de la gracia que por  medio de la confrontación;

*Nuestra fuerza viene de servir, no de dominar;

*Los cambios profundos surgen de una sensación de seguridad, no del miedo;

*Tenemos mas influencia cuando escuchamos que cuando hablamos;

*Ganamos respeto  cuando lo damos, no cuando lo demandamos;

*Una vida plena se logra dando, no agarrando;

*A veces tenemos que equivocarnos para acertar;

*Aún cuando somos efectivos, dudamos de nosotros mismos;

*Aprendemos al hablar, no sólo al escuchar ;

*Somos más fuerte cuando somos vulnerables;

*Las cosas duras son las cosas fáciles;

*Nuestra fortaleza es nuestra debilidad;

*Menos es más.

Lo que Edmundson aprendió de sus propias experiencias de liderazgo fue que si en la vida tenemos la disposición de ver las cosas desde una perspectiva muy diferente, frecuentemente generaremos una respuesta muy diferente a los problemas de la vida. El valor de sus observaciones descansa no tanto en si uno está de acuerdo con cada una de las afirmaciones a como están escritas, sino en si uno invertiría el tiempo de considerarlas y descubrir tal vez nuevos significados dentro de ellas. (La vida misma es paradójica: de hecho la paradoja más grande de Edmundson se reveló en el proceso de escribir su libro. En ese momento de su vida una enfermedad neurológica le quitó su capacidad de hablar y de moverse). Parece que nuestras circunstancias pueden crear nuevas soluciones a “las paredes del castillo” que buscamos escalar.

Mucho de lo que consideramos son verdades, en la realidad son menos que eso. Hay muy pocas verdades inmutables sobre las que podemos aferrarnos para consolarnos. Los elementos de la tradición, historia, cultura, política, religión y patrimonio familiar tienden a moldear nuestras creencias; más de lo que la verdad lo hace  A lo mejor esa sea la razón por la cual nos encontramos en tantas situaciones paradójicas. Nos aferramos a ideas que hemos acumulado en nuestro caminar, visiones del mundo que hemos adoptado al crecer, perspectivas que mantenemos porque “siempre han sido así”.  Estas perspectivas terminan alimentando y complicando las paradojas que enfrentamos. Pero el reconocer la presencia de paradojas en nuestras vidas debe darnos algún nivel de confianza de que se pueden resolver estos dilemas que parecen imposibles. Estos dilemas pueden ser no más que realidades diarias que nos piden una mirada fresca, una mente atenta y un corazón abierto para lograr una nueva solución.

Resolver la Paradoja del Castillo: Alentadoramente sencillo  y exasperantemente problemático…